01 May ¿Cuánta verdad se esconde en la ficción?
Desde que puedo recordar he recorrido los pasadizos de la ficción de múltiples maneras. Su infinito laberinto de emociones y enseñanzas contenía para mí todas las respuestas, y ahora, al mirar hacia atrás, me doy cuenta de que esas respuestas me llegaron mucho antes que las preguntas.
¿Qué interés válido pueden suscitar las vidas de personajes inventados?
¿Por qué perder el tiempo con hechos ficticios sin importancia cuando hay tantas circunstancias reales que demandan atención?
¿Es una locura enamorarse de la historia, soñarla, vivirla y hacerla propia?
Ficción y verdad son dos términos que suelen considerarse opuestos y, sin embargo, están estrechamente unidos. Podría citar a numerosos escritores célebres, desde Salman Rushdie hasta Isabel Allende, que nos hablan sobre la función más profunda de la ficción, es decir, su relación con la verdad.*
Es innegable la verdad que las historias nos regalan: una verdad que trasciende los hechos y los detalles de la historia misma, ya sea una historia de vida, de las llamadas reales, o una historia ficticia. En ambos casos, vamos a encontrar personajes, escenarios y acciones que nos distraen de esa verdad que permanece más allá de toda eventualidad. Y es necesario comprender que la historia es siempre una creación de la mente, tanto si los hechos se dan a nivel ficticio como a nivel de lo que consideramos mundo real.
La historia puede ser tan bella o tan destructiva como nuestra mente nos indique. De nosotros depende disfrutar la forma de cada envoltura o simplemente desgarrarla con brutalidad para ir desentrañando lo que nos oculta. Cada capa contiene su pequeña verdad, su parte del rompecabezas, su matiz esencial. No se trata de permanecer por siempre observando ese recubrimiento que algún día perderá sin duda su brillo, sino de entender su función y su belleza como parte de un todo. Pero ir más allá no implica descartar el juego maravilloso de formas que se nos ofrece con cada instante. Muy al contrario, ese juego es parte esencial del proceso de descubrimiento, por lo que es necesario conocerlo y amarlo en su infinita variedad.
Innumerables son las formas que el recuerdo conserva, y sin embargo, todas ellas apuntan a una misma verdad. Las historias son envoltorios vivos, regalos de la imaginación, y tanto si los destinamos al mundo de la ficción como si nos consumen en el mundo que nos rodea, algún día van a desaparecer por completo. Lo que no va a desaparecer nunca es la verdad oculta en la historia, la que se conserva en la memoria del corazón. Esa memoria es vida en su dimensión más pura. Una vez que los detalles, las coberturas y los personajes, de carne y hueso o de papel, se han perdido en el fluir del tiempo, solo esa memoria perfecta permanece. Por eso, es necesario que nos dediquemos a ella, y por paradójico que suene, el camino más directo que he encontrado para vislumbrar su fuerza es a través de la historia. Amar la historia en todas sus facetas es la vía hacia la verdad única.
La pregunta para este Entre líneas surge de La sinceridad de la ficción.
* “The purpose of all good literature is to tell the truth.” Salman Rushdie.
“What is truer than truth? Answer: the story.” Isabel Allende
“I would say fiction is actually one of the best ways for finding truth.” Amy Tan.
“Fiction is the lie that tells the truth.” Neil Gaiman.
Tony
Publicado a las 19:44h, 01 mayoSegún mi parecer, la realidad y la ficción tienen mucho en común, pues en más de una ocasión, se superan la una a la otra.
Como siempre, encuentro genial el contenido de tu artículo.
Isabel Forga
Publicado a las 18:17h, 02 mayoComo siempre también, gracias por el comentario.