En el punto álgido del silencio,
cuando las montañas de azúcar
se derriten
y se espesa el aire,
se puede ver que el tiempo
vive, entre aguas.
Como una isla,
se detiene el ayer
y vuela el mañana.
Sólo ahora,
eterno y fugaz,
vive, entre nubes,
y mañana será hoy
una vez más.
Londres, 25 agosto 1996